Donnerstag, 19. Februar 2015

Donar dinero para Música? O comida?

¿Por qué donar dinero para clases de música, mientras que otras personas sufren de hambre?


Las donaciones de dinero se consiguen fácilmente cuando hay algún desastre natural, hambruna, etc. Los medios informan, y la gente reacciona y ayuda.

La desventaja es que este tipo de ayuda no es ni continua, ni sostenible. Recordémonos del terrible terremoto en Haití en el 2010, que causó cientos de miles de muertos. Todo el mundo miraba hacia aquella isla, ejemplo perfecto de un “failed state” (estado fracasado). Una gran ola de ayuda se derramó sobre Haití, tanto humanitaria como financiera, esta última por un valor de varios billones de dólares. Lamentablemente, a largo plazo esa ayuda no cambió nada de la situación miserable de Haití. Pronto las ONG se trasladaron a otro lugar, por ejemplo a Chile, donde pocas semanas después grandes regiones fueron devastadas por un terremoto. Lo mismo pasó con la atención de los medios. Para mientras, la población sigue sufriendo, vive de la mano a la boca y no logra formar un Estado funcional.

Por eso pienso que las ayudas no deberían buscar solamente como aliviar por un momento el sufrimiento de la gente. Suena duro, pero en muchos casos así simplemente se prolonga su sufrimiento. La ayuda debería buscar como levantar a la gente para luego quedarse ellos solos de pie. Eso se puede lograr a través de formación e inversiones económicas, por ejemplo en medios de producción.

Podemos ir hasta más allá: Planteando como meta formar a personas,  hacer personalidades fuertes que formen una sociedad más consciente. Eso se alcanza lo más eficazmente a través de una educación y formación ambicionada ya en una edad joven. Por eso la educación en la área cultural.
Se trata de que los niños comprendan que si pueden. Que tengan la experiencia de que realmente pueden lograr algo. Que aprendan que pueden crecer desde el interior y, si lo desean, no hay límites para su desarrollo. Que se puede hacer mucho más en esta vida que trabajar y consumir, lo cual realmente es más bien sobrevivir que vivir. Así nacen personalidades con auto-estima que ponen su vida en sus propias manos. Personalidades, que realmente se necesitan en los estados subdesarrollados, que se han quedado con un complejo de inferioridad.

Un poco más concreto: Aquí, los niños aprenden a desarrollar su capacidad, su trato social, creer en si mismos, ser creativos, crear cosas nuevas. En suma, ganan auto-estima. Eso no son frases cualquieras, uno lo puede vivir cualquier día aquí en el centro cultural Casa de los Tres Mundos. También tienen muchos efectos secundarios positivos: Por ejemplo la integración social o que las clases de música ayudan masivamente al desarrollo cerebral.

Normalmente debería ser responsabilidad de las escuelas de encargarse de esos trabajos nominados. Pero aparte de que la calidad de las escuelas en países como Nicaragua es, por decirlo suavemente, deficiente; en todo el mundo actual existe la tendencia de no formar personas creativas o sociales o conscientes, sino de formar trabajadores obedientes y productivos. No se le puede echar de culpa a las sociedades pobres que sigan esta corriente, ya que la situación económica de muchas familias es muy grave.

Por eso nuestro papel es importante y debemos enfatizar el trabajo cultural, con la certeza de que la educación, la formación y la cultura hacen una gran diferencia y nos llevan a una sociedad mejor. La alternativa sería entregar nuestro mundo al materialismo, al egoísmo, a la incultura y a la explotación.
Es bueno donar para aliviar hambrunas y catástrofes, pero no hay que olvidar que este tipo de ayuda sigue el avance de los medios, que se concentran un rato en un país y después pasan a otro. En vez de donar aquí y allá su dinerito en un ataque de compasión y mala conciencia, hace falta apoyar proyectos sostenibles y continuos, para lograr cambios verdaderos.

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